La idea de la próxima Gran Unificación que explicará el orden cósmico de todo cuanto existe bajo 'una ecuación' ha cobrado fuerza últimamente, incluso se ha popularizado bajo muchas interpretaciones erróneas que tocan hasta en lo metafísico, ¿realmente eso le toca a la unificación?. Primero preguntémonos, ¿es inevitable la unificación?, o más bien ¿porqué dividir, clasificar?; podenos pensar que el origen de las subdivisiones en las ciencias (por ejemplo) yace en razones meramente prácticas y didácticas: uno analiza de manera distinta en psicología o en física, sin embargo, sus modelos utilizan un principio básico: la razón, y si las desmembramos a lo más básico, siempre encontraremos matemáticas. Me refiero a que pueden utilizar el mismo código (su 'esqueleto', es una mera abstracción de números en un mar semántico), y sin embargo no estudiarse del mismo modo ¿por qué es eso necesario y va más allá de la practicidad? y más aún, ¿por qué intentar relacionar este impulso generalizador de la epistemología a la nueva unificación, que parece sustentarse en lenguaje inverosímiles y extravagantes -como el de la física cuántica- y que no parecería que se está metiendo con complicadas concepciones de filosofía y ética?

A lo largo de la historia se ha invocado con frecuencia a la razón o a la naturaleza del universo para santificar las jerarquías sociales existentes presentándolas como justas e inevitables. Las jerarquías sólo suelen durar unas pocas generaciones, pero los argumentos, retocados para la justificación de cada nueva ronda de instituciones sociales, circulan indefinidamente. (La falsa medida del hombre, 1981)
¿Ahora explico mejor mi preocupación acerca la falsa idea de que es necesaria la unificación del método del conocimiento, y también de que cambios que parecerían tan poco significativos como la didáctica de cierta ciencia, pueden afectar en cantidades sorprendentes el desarrollo social y ético de la humanidad?
En primera instancia debemos evitar por las mismas razones extrapolar las premisas, basadas en la metodología de cierta ciencia, a otra que requiere, como ya he repetido, lecturas distintas, esto sólo lo lograremos a través de la empatía con enfoques distintos acerca de la realidad, pero también a través de la conciencia de que como personas de ciencia, se tiene una responsabilidad moral enorme, y el método que utilicemos para obtener los conocimientos (conocimientos que conforman la arquitectura ulterior de la sociedad) es determinante a toda costa. Este tema es inmenso, esta es apenas la primera reflexión y debido a su gran importancia en cualquier ciencia o interpretación de la realidad, le dedicaré muchas más entradas, abarcando también la Gran Cadena del Ser, el reduccionismo y la falacia de la inmutabilidad de una verdad 'eterna'.

También la más reciente edición (abril-junio 2011) de la revista de la facultad de ciencias de la UNAM, acaba de publicar un buen artículo: Darwin, el darwinismo y el neodarwinismo de Tania Romo González.
Espero que el interés en tan importante tema prevalezca, ya que la demanda ética en la ciencia es una de las más importantes hoy en día, tanto para los generadores de la ciencia, como para los receptores de ésta; su cuestionamiento es necesario, el título de ser 'ciencia' no significa ninguna garantía, el juicio deberá empezar por nosotros mismos y nuestros principios humanos.
Fuentes imágenes:
Bien. Primero, una ligera observación: habría que evitar el uso voladizo de algunas metáforas innecesarias como 'mar de...'. Segundo, sobre el contenido: una de las posturas más clásicas y necesarias de la ciencia es la no radicalización del argumento; creo que este precepto debe prevalecer en cualquier crítica de modelos vigentes; empero, cabe recordar que la ciencia elabora teorías, puntos de vista de la realidad, y por tanto, toda verdad es parcial y requiere de una comunidad de comentario para sustentarse. Si la verdad propugnada no es entragada a la discusión ecuánime, pierde sentido: una teoría de anti-unificación sólo tiene significado frente a una teoría pro-unificatoria.
ResponderEliminarFinalmente, esta discusión no es nada nueva, a pesar de que las nuevas tecnologías y las revoluciones de la física de Guerra Mundial y Guerra Fría hayan acrecentado las posibilidades a un rango tanto de ilimitación como de incertidumbre; el debate de fondo es la secularización del cosmos aristotélico vs el retorno al orden primigenio platónico... ¿quién tiene razón? no sólo una aproximación científica puede descifrarlos: corresponde al quehacer del hombre, y como tal, nadie en su sano juicio optaría por eliminar a alguno de los dos de sus paradigmas íntimos o colectivos o dogmáticos o lo que sea. Es todo.
Interesante y esmerado artículo. Bien.